martes, 6 de enero de 2009

LA LEYENDA DEL PULQUE




LA LEYENDA DEL PULQUE
"Leyenda Mixteca"
Evencio Isidro Cruz.
6/1/2009


Reinaba Tecpancaltzin en Tula, cuando Papantzin le llevó a su señor varios regalos, entre los cuales había un jarro de pulque.

Xóchitl hija de Papantzin, portaba el precioso líquido que resultó muy sabroso al gobernante. Pero más le pareció la jovencita. Tecpancaltzin pidió a Papantzin que volviera a enviar a su hija con más pulque, este la raptó y encerró.

De este amor ilícito y violento nació un niño. A quien pusieron por nombre Meconetzin, que se interpreta como: “el niño del maguey”, por la miel que le llevó Xóchitl, y fue el origen de sus amores.

Luego que nació se reconocieron en él las señales que habían pronosticado Hueman, que se verían en el último rey Tolteca. Anunciando que en su tiempo se había de destruir su reino, y lo que causó no poca pena al rey Tecpancaltzin.

Como en muchos otros lugares los dioses- hombres tenían contiendas, afectos y rencillas. En México, el pulque juega en ellas un papel importante, causa la ruina del reino de Tula y marca el fin predestinado de Ce- Acatl- Topiltzin Quetzalcóatl, quien fue personaje historio antes de convertirse en deidad.

Cuando se cumplió el tiempo de que se terminara la fortuna de Quetzalcóatl y de los toltecas. Tres negro máticos y embusteros causaron la caída de ese pueblo; Huitzilopochtli, Tezcatlipoca y Tlacahuepan llegaron con embustes a Tula.

Tezcatlipoca habló con Quetzalcóatl, a quien le dolía el cuerpo y las manos. Le dijo tener la medicina para aliviar sus males y lo convenció de probarla. Quetzalcóatl metió este su dedo meñique y la probó. Parece ser cosa muy buena y sabrosa dijo. Bebió cuatro jícaras primero y luego muchas más.

En seguida grito, bailo, canto y en seguida se desvaneció, quedando dormido. Y ya no hizo su plegaria y oración a su Dios, como todos los días.

Cuando despertó, se puso triste y comenzó a llorar. Decidió marcharse de Tula y se dirigió hacia el sur, enseñando filosofía, medicina, arte y cultura, hasta llegar al Tlillan Tlapallan, “el quemadero”. Y al llegar a la orilla del agua divina entro y luego se encumbro hacia la estrella del alba, prometiendo a sus seguidores que un día regresaría a la tierra.


Bienvenidos a Nochixtlán. “Donde la leyenda cobra vida”

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