"Leyenda Mixteca"
Hannia Ivonne Cruz Pérez
19/08/2016
Hoy te voy a contar una bonita
leyenda que sucedió hace muchos años en el país de las nubes.
Este evento se dice que sucedió un día
24 de junio a dos arrieros que transitaban por el antiguo camino nacional;
llevaban consigo doce mulas, diez de las cuales llevaban carga, mercancía de
diferentes tipos y en las otras dos mulas montaban cada uno de los arrieros.
Estos arrieros eran compadres, en
todo el trayecto del camino platicaban sobre sus aventuras, sus travesías, sus
ganancias, y sobre los riesgos que tenían que afrontar por ejercer este oficio
en el cual lo realizaban durante ya varios años.
En una ocasión cuando ya habían cruzado
la población de Nochixtlán por la zona poniente siendo ya aproximadamente a las
doce de la noche al voltear la mirada hacia el lado derecho del camino uno de
los compadres observó que se encontraba una tienda muy grande abierta y le
llamo mucho su atención y le dice a su compadre –compadre ¿por qué viajamos
tanto? Si aquí se encontraba una tienda donde pudimos haber comprado nuestros
productos- y en seguida desciende de la mula de la que iba montado y le dice a
su compadre –compadre cuida las mulas que llevan la carga, en lo que yo veo los
productos que hay en la tienda y que costo tienen- uno de los compadres se
queda cuidando las mulas y su carga y enseguida el otro ingresa a la tienda,
los minutos y las horas pasan rápidamente, y después de dos horas el compadre
que se quedó cuidando las mulas se siente preocupado porque su compadre no
regresa, al voltear hacia la zona donde estaba la tienda abierta… no observa
nada por lo que le genera mucho temor y en seguida piensa dentro de si –esto no
es real , la tienda que vimos no es real si no probablemente se trate de un
encanto-.
Enseguida al ver que su compadre no
regresa, decide contar que sus mulas estén completas, agarra la cuerda y ata de
la mula que montaba a su compadre a una de las mulas que llevaba carga. Y
emprende la caminata hacia su población de origen.
Al llegar a su pueblo le cuenta lo
sucedido a otros arrieros y ellos le mencionan -que si es cierto que ellos ya en
otras ocasiones habían vistos una tienda grande abierta con muchos productos a
la venta, pero les habían recomendado no entrar porque solamente permanece
abierta de doce de la noche a una de la mañana y en seguida se cierra y ya no
se vuelve a abrir ni ver esa tienda dentro de un año a la misma fecha y en la
misma hora ; por lo que te recomiendo que si tu compadre se quedó dentro de la
tienda y esta se cerró pasa por él el siguiente año por la misma fecha y en la
misma hora que la observaste abierta-. Con las recomendaciones recibidas el
arriero le contó esta historia a su comadre y a sus hijos de lo que le sucedió a
su compadre, que se quedó encantado en la tienda. Por lo que planeó una nueva travesía
para que en esa fecha pasará por el mismo lugar.
Al año siguiente volvió a pasar y
observó que nuevamente la tienda estaba abierta y descendió rápidamente de su
mula la cual la dejó atada a la orilla del camino. Y entró presuroso a la
tienda y observó que ahí estaba su compadre estaba observando detenidamente los
precios de los diferentes productos que se exhibían en la mencionada tienda.
Al verlo, lo tomó del brazo y salió
corriendo con él de la tienda, cuando se encontraban a mitad del camino volteó
a ver la tienda y está ya había desaparecido.
Enseguida le cuenta a su compadre
lo que había sucedido y le dice –compadre yo estoy muy asustado porque hace un
año tú me pediste que cuidará tus mulas y las mías mientras tú te metías a ver
los productos en la tienda y después de unos minutos desapareció la tienda de
mi vista y tú también; por recomendación de unos amigos arrieros hoy pasé por
el mismo lugar y observé que la tienda estaba abierta motivo por el cual entre
corriendo y al verte, te saqué jalándote del brazo-.
El compadre que permaneció durante
un año en la tienda estaba sorprendido porque para él el tiempo que había transcurrido
había sido de pocos minutos y para el compadre que se quedó afuera cuidando las
mulas había transcurrido un año.
Por lo que esta leyenda se les contaba
a todos los hijos de los arrieros que transitaban por el mencionado camino
nacional a la altura de la población de Nochixtlán para que tuvieran cuidado al
transitar en esa zona los días 24 de junio a las veinticuatro horas.
Si observaban a la orilla del camino
una gran tienda muy surtida de productos NO entraran a ella porque podían quedar
encantados.
Bienvenidos a Nochixtlán. “Donde la
leyenda cobra vida”
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